En la Tercera Bienal de Afiches de la Cámara de Comercio de Bogotá, tuve la fortuna de ser uno de los finalistas en la categoría "Profesionales". Fue una buena sorpresa recibir, comenzando el día, una llamada comunicando esta gran noticia. Mejor aún, quien realizó la llamada fue uno de mis estudiantes de aquel entonces, uno de los destacados, con quienes usualmente tengo una buena relación. Contrario a quienes asisten a un plantel educativo buscando obtener un cartón que les acredite un título, ojalá sin el menor de los esfuerzo posible.
–"Profe, estoy viendo su cartel en una exposición, ¡muy bacano!"–
Además, disfruté mucho que la directora de programa de Diseño Gráfico, de una de las universidades en las que trabajaba en aquél entonces, tuvo que cerrar su boca ante los lloriqueos de sus amados clientes aprendices, dado que, en alguna medida, este sencillo galardón daba muestra de mis capacidades profesionales, que no están ceñidas a discursos mojigatos en un aula de clase, al contrario, constantemente busco romper ataduras y dar claridad de que procuro enseñar desde la práctica.
Algunas versiones preliminares:
Piezas gráficas relacionadas con la bienal:
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